Lo que vayas a hacer, cuando estés a punto de pedir un préstamo – ya sea porque te quieres comprar un coche nuevo, hacer reformas en tu casa, o simplemente porque necesitas una nueva lavadora – la duración de tu préstamo es muy importante. Esta es, de hecho, el tiempo que tardarás en devolver ese préstamo. ¿Cómo funciona esto exactamente? En este artículo te lo explicamos.
La duración de tu préstamo
Imagina que eliges un plazo largo porque piensas que tus cuotas mensuales serán más bajas. Puede sonar atractivo pagar menos al mes, pero recuerda bien: cuanto más tiempo tardes en devolver el préstamo, más intereses pagarás. Eso significa que, al final, te gastarás más dinero por el mismo préstamo. Intenta pagar ese préstamo lo más rápido posible, pero con cuotas que puedas afrontar sin estrés.
¿Cuánto tiempo estás atado a este tipo de préstamo?
En un préstamo personal, los plazos varían de 6 meses a un préstamo de 15 años, o lo que es lo mismo, 180 meses. Tú eliges tu plazo y este queda fijado. Algo útil a tener en cuenta: en la mayoría de los préstamos puedes hacer pagos anticipados cuando quieras, lo que acorta el plazo. Pero ten cuidado, a veces esto puede tener un costo adicional. ¡Siempre revisa la letra pequeña!
¿Qué duración me conviene?
¿Quieres ver qué efecto tienen diferentes plazos y cómo esto afecta tus cuotas mensuales? En varias páginas web puedes comprobar que es bastante sencillo averiguarlo. Basta con verificar con un comparador y pronto encontrarás el plazo que se adapta a ti.
¿Qué hace la duración con los costos?
Te damos un ejemplo: supón que pides un préstamo de 10.000 €. Si eliges un plazo de 36 meses, tus cuotas mensuales serán las más altas, pero el préstamo será más rentable a largo plazo. Si optas por 60 o incluso 120 meses, verás que las cuotas mensuales disminuyen, pero el costo total de tu préstamo aumenta. Es decir, pedir prestado por un periodo más corto suele ser más ventajoso.
En resumen, al elegir la duración de tu préstamo, se trata de encontrar un equilibrio entre lo que es viable para ti cada mes, pero también de asegurarte de que no terminas pagando una cantidad mucho mayor que el monto original del préstamo. Un plazo más largo significa cuotas mensuales más bajas, pero también te saldrá más caro. Así que elige con sabiduría, con cuotas que puedas manejar fácilmente y trata de limitar el tiempo del préstamo lo más posible. Pedir dinero costará dinero.
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